
Polisacáridos de hongos comestibles: una sustancia excelente para lograr la salud y la longevidad humanas
Estar enfermo es en realidad células que "piden ayuda a gritos".
Los polisacáridos son compuestos de carbohidratos de alto peso molecular presentes principalmente dentro de las células y secretados fuera de las células. No son "azúcares" en el sentido general, sino compuestos macromoleculares activos. Específicamente, son una clase de heteropolisacáridos de tipo β con una estructura tridimensional, no tienen dulzor, son indigeribles y no descomponibles por el cuerpo humano y no causan elevación del azúcar en sangre. Poseen efectos únicos para el cuidado de la salud y son seguros sin efectos secundarios tóxicos.
Compuestos por muchas moléculas de monosacáridos unidas entre sí, los polisacáridos se encuentran ampliamente en las membranas celulares de los animales, así como en las paredes celulares de las plantas y los microorganismos. La generación, transmisión y recepción de señales intercelulares están estrechamente relacionadas con la mediación de polisacáridos en la membrana celular. Estas moléculas de polisacárido son como antenas instaladas, capturando información desde todas direcciones en cualquier momento; mientras tanto, los polisacáridos con diferentes estructuras son como personas con diferentes apariencias, lo que permite el reconocimiento mutuo. De esta manera, los polisacáridos pueden formar receptores en la superficie de la membrana celular para diversos nutrientes, así como para diversos antígenos, hormonas y fármacos, lo que les permite participar en actividades vitales como el contacto, la activación, la proliferación y la reparación celular.
Los receptores de polisacáridos en la membrana celular a menudo caen debido al daño causado por diversos factores, como la contaminación química (pesticidas, productos químicos, emisiones industriales, etc.), aditivos alimentarios (conservantes, pigmentos sintéticos, etc.), radiación (rayos, ondas electromagnéticas, etc.), estrés mental, malos hábitos (fumar, abuso de alcohol, etc.) y envejecimiento, todo lo cual puede provocar daño celular. Después de que los receptores de polisacáridos de la membrana celular se caen, los polisacáridos de la matriz extracelular se volverán a unir para formar un equilibrio dinámico. Sin embargo, el tiempo necesario para formar este equilibrio varía: en organismos con fuerte vitalidad, se almacenan más polisacáridos y otras sustancias en la matriz extracelular, por lo que los receptores celulares dañados pueden repararse rápidamente; en los ancianos, los débiles o los enfermos, el proceso de reparación es lento, lo que da como resultado menos receptores en la membrana celular, una función celular reducida y, finalmente, la aparición de enfermedades. Cuando los polisacáridos extracelulares son insuficientes, los agujeros que quedan en la membrana celular no pueden repararse a tiempo, lo que provoca la fuga de sustancias activas al interior de la célula. Al mismo tiempo, la falta de polisacáridos también altera la circulación normal de sustancias dentro y fuera de la célula, imposibilitando garantizar la salud celular.
Por lo tanto, una ingesta adecuada de polisacáridos por parte del cuerpo humano puede complementar rápidamente los polisacáridos deficientes en la matriz extracelular, permitiendo la reparación oportuna de las células dañadas. Esto ayuda a mantener la salud celular, prolongar la vida útil de las células y, en última instancia, lograr el objetivo de la salud y la longevidad humanas.